Pueblos abandonados
Múltiples son los pueblos abandonados en la Reserva, símbolos del abandono del medio rural y de los sentimientos de sus habitantes. Muchos de ellos conservan todavía importantes vestigios de su historia. La zona de Sobrepuerto o el Valle de Vió son muestras de múltiples de estos ejemplos. También hay que destacar que muchos de estos pueblos fueron abandonados a mitad del siglo XX por la creación de embalses y e infraestructuras hidroeléctricas que han marcado este territorio desde entonces, pueblos como Bubal o Saqués son un buen ejemplo, otros como Lanuza, ha sido recuperado por sus antiguos vecinos y hoy en día es un centro turístico muy importante.

Pueblo abandonado
AINIELLE: SÍMBOLO DEL ABANDONO
Ainielle, deshabitado desde hace 50 años, sería uno más de los despoblados del mundo rural si no fuera porque el escritor leonés Julio Llamazares situó en ella el argumento de su novela «La lluvia amarilla» (1988) quedando para siempre como un símbolo del abandono del mundo rural y de los sentimientos de sus habitantes. Andrés, el último habitante de Ainielle, narra en el libro, escrito en primera persona y con un vivo lenguaje, su soledad tras descubrir ahorcada a su mujer en el molino. Página tras página, Andrés trasmite su desmoronamiento físico y mental, su soledad, el desamparo ante una naturaleza bella pero hostil y el insoportable peso del pasado.